Entre el Mediterráneo y el
Mar Muerto surge Jerusalén, la
Capital de Israel, y tierra de la mayor atracción espiritual
del mundo. Tanto judíos como cristianos
y musulmanes la llaman “Tierra Santa”.
Texto y fotos de Américo
Fernández
Atravesamos el desierto de Judea y por el
camino de Jesús, llegamos a Jerusalén y nos hospedamos en el Hotel Jerusalén Gate, para iniciar el
siguiente día con una visita al Santuario del Libro donde se hallan los
Pergaminos del Mar Muerto y el modelo a escala de la ciudad en tiempos de Jesucristo.
Los manuscritos en papiro fueron descubierto en 1947 en varias cuevas de
Jordania e incluyen manuales de disciplina, libros de himnos,
comentarios bíblicos y textos apocalípticos.
Jerusalén,
con 700 mil habitantes residentes, aparte de los millares de turistas y
peregrinos que vistan la ciudad, se alza sobre una meseta de 750 metros de altura a 24 kilómetros del Mar
Muero y 52 en línea recta del Mediterráneo.
El
Rey David la convirtió en la capital de Palestina o Canaán, en el año 1000
antes de Cristo y desde entonces ha sido invadida, repartida y profanada. Hoy se encuentra virtualmente unificada bajo
el dominio y administración de Israel, nación erigido en el hogar definitivo de
los judíos y realmente autónoma y soberana desde 1948 por decisión de las
Naciones Unidas.
Cuando
usted la visita se da cuenta que existen dos ciudades, la Ciudad Nueva en pleno
crecimiento y la Ciudad Vieja
amurallada y en sus alrededores varios de los santuarios más sagrados del judaísmo,
el cristianismo y el mahometanismo, así como
bazares y pintorescos barrios. En
uno de esos barrios muy animado por las noches, nos detuvimos en un a esquina:
Riolama, Lesbia, Rosita y yo, a
disfrutar las melodías que salían del
acordeón de un viejo argentino. Hay como
80 mil argentinos en todo Israel. Visité la casa en un Kibutz de uno de ellos,
casada con una profesora Liliana Lara, de Maturín. Él trabaja cerca de la Franja de Gaza donde
frecuentemente caen los misiles anunciados previamente con un sistema
automático de alarma que da tiempo a los residentes protegerse bajo refugios
blindados. Por eso hay tan pocos
muertos.
Visitamos
la Universidad Hebrea
de Jerusalén situada en el Monte Scorpus y donde cursan más de 30 mil
estudiantes así como también el Yad Vashem, monumento recordatorio del
Holocausto. Yad Vashem es un lugar dedicado a
las víctimas y héroes del Holocausto, un amplio complejo de museos, monumentos,
exposiciones al aire libre, archivos y bibliotecas. El Monumento a los Niños
está excavado en una cueva y conmemora al millón y medio de niños que
fallecieron durante el Holocausto.
El
recorrido prosiguió hacia Ein Karem, para reconocer las iglesias de San Juan
Bautista y de la Visitación
de María. Por la tarde viajamos a Belén
en, Cisjordania, ocupada por Israel desde 1967 durante la Guerra de los Siete
Días. Es el lugar donde nació Cristo, y
por ello es venerado como lugar santo. Allí visitamos una de las más antiguas
iglesias del mundo, la iglesia de la Natividad , construida por Constantino I el
Grande, emperador de Roma, en 330, en el lugar que la tradición indica para el
nacimiento de Cristo. A pesar de la reconstrucción realizada por el emperador
romano Justiniano I, en el siglo VI, puede aún verse gran parte de la iglesia
original, y la capilla acoge constantemente peregrinos cristianos. Nos llevaron
luego a la Capilla
de San Jerónimo y de San José y el campo de los pastores.
Regresamos
al hotel para el día siguiente vía Monte
Scorpus visitar el Monte de los Olivos y apreciar una magnifica vista de la
ciudad antigua. Continuamos hasta los
Jardines de Getsemaní para visitar la Basílica de la Agonía y la ciudad nueva de Jerusalén. Salimos inmediatamente hacia la Ciudad Antigua. Queríamos ver
el Muro de los Lamentos. Gemidos, largos
lamentos percibimos a esa hora bajo un sol ardiente a donde no podían llegar
juntos hombres y mujeres. Provistos
obligatoriamente de un kipá en la coronilla pudimos palpar y tocar de cerca el sitio más sagrado del judaísmo. Los guayaneses del grupo colocaron papelitos
en las ranuras del muro deseando mejor suerte para Ciudad Bolívar.
Más
próximo estaba y allí estuvimos sin dilación, en la explanada del Templo de
Salomón en donde se ubican la Mezquita de Omar, mejor
conocido como Domo de la Roca ,
y la Mezquita
de El Aqsa. Finalmente recorrimos a pie
hasta el Pretorio y por la vía Dolorosa, con sus diversas estaciones, hasta el
monte del Calvario donde visitamos la Iglesia del Santo Sepulcro y luego el Monte Sión,
tumba del Rey David, El Cenáculo y la
Abadía de la
Dormición.
Museo Recordatorio del Holocausto
Monte de los Olivos
Vista de Jerusalén
Muro de los Lamentos
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